viernes, 2 de septiembre de 2016

Centauro


Un centauro es un ser mitológico mitad humano, mitad equino. Tiene el cuerpo de un caballo y el torso, la cabeza y los brazos de un humano. En la antigua Grecia se pensaba que eran hijos de Ixión, el rey de Tesalia, y Néfele, diosa de las nubes, aunque según diferentes mitologías este origen puede variar, siendo también habitual encontrar escritos donde se dice que son el fruto de la unión entre Kentauros (hijo de Ixión y Néfele) y diferentes yeguas de la prefectura de Magnesia.

En la mitología griega las luchas entre centauros y humanos representaban el combate entre la civilización y la barbarie, recibiendo estas contiendas el nombre genérico de centauromaquias.  La figura del centauro fue adoptada posteriormente por los romanos, incluyéndola en sus leyendas, pasando de esta manera a ser un personaje habitual en los bestiarios de la Edad Media.

En la literatura fantástica moderna también han continuado apareciendo regularmente. Su forma de mitad hombre, mitad caballo ha sido utilizada por muchos autores para tratar los conflictos de personalidad de personajes atrapados entre dos mundos y que deben pelear contra sus instintos naturales. Uno de los centauros más célebres de la historia es Quirón, famoso por su sabiduría. Contrariamente a la imagen habitual que los griegos tenían de los centauros como seres salvajes y repletos de lujuria, Quirón era una notable excepción; modesto y civilizado, sus habilidades como médico y maestro le hacían ser muy apreciado.

Autoras: Ana Simone - Ro Villalba Ferreira

Esfinge




En la mitología griega, la Esfinge era un monstruo con rostro y pechos de mujer y cuerpo de león. Se la describe como un ser malicioso, voluble y muy violento. Las esfinges son grandes depredadoras y sienten predilección por la carne humana. Tienen la costumbre "felina" de juguetear con sus víctimas humanas antes de devorarlas y les encanta plantear acertijos o enigmas .Sin embargo, tienen a mal perder y, a menudo, si una víctima se les escapa, caen presas de una furia autodestructivo.


Para entender los motivos que dieron origen a la gran esfinge de Egipto, primero es importante señalar que la esfinge fue elaborada durante el transcurso de una época de la historia de la humanidad en la que se tenía por costumbre generalizada la adopción de una especie animal como símbolo emblemático. Este animal representaba el poderío cultural y militar ejercido por cada pueblo o cultura en alguna zona territorial, continental o ultramarina específica del viejo continente. Durante el surgimiento de las primeras potencias, la adopción de una especie animal, como símbolo emblemático distintivo fue algo bastante común. Los minoicos de las islas mediterráneas de Creta y Thera, adoptaron al Toro como su bestia emblemática, mientras que las culturas que florecieron al este del mar mediterráneo vieron en el Águila el emblema distintivo de su poderío en su dominio territorial estratégico. Los egipcios, como la civilización más poderosa de aquella época, decidieron adoptar como símbolo emblemático de su poderío civilizador y militar a la bestia más temible del continente africano, "el león".

Las esfinges presentan diferentes clases. La androesfinge presenta cabeza de hombre. Las esfinges con cabeza de mujer también existieron en Egipto, pero no son habituales. Cuentan con una poderosa arma; su rugido. Pueden rugir tres veces al día. El primer rugido hace que las criaturas que lo escuchen huyan presas del pánico. Si vuelve a ser molestada, puede lanzar un segundo rugido capaz de dejar paralizadas a las criaturas de su entorno. El tercer rugido es devastador; las criaturas que lo escuchen se sentirán fuertemente debilitadas e, incluso, pueden llegar a morir. La crioesfinge es una esfinge con cabeza de carnero. Son esfinges masculinas con el cuerpo de león alado y la cabeza de carnero. Son de inteligencia baja y de carácter neutral. No son tan fuertes como las androesfinges pero, aun así, cuentan con poderosas garras y con los cuernos de su cabeza para atacar ferozmente al enemigo. Se dedican a localizar ginoesfinges para aparearse con ellas. Al localizar la cueva de una ginoesfinge luchan entre ellas y el macho ganador del combate entra en la cueva. La hieracoesfinge presenta cabeza de halcón y cuerpo de león macho alado y cara de hombre. Son bastante inteligentes, su naturaleza es bondadosa y, entre todas las clases de esfinges, son las más fuertes. Sus poderosas garras pueden matar a un hombre de un solo barrido. A pesar del hecho de que tienen magia y pueden lanzar conjuros, no suelen hacerlo para atacar, sino para defenderse y con fines curativos. Por último, las ginoesfinges son leones alados con rasgos faciales femeninos. No son tan fuertes como las androesfinges pero son más inteligentes y sabias. Viven en climas cálidos y desérticos. Les encantan los acertijos y suelen ayudar a los viajeros a cambio de acertijos u otra información que consideren interesante como, por ejemplo, la localización de una androesfinge. También tienen magia y pueden lanzar muchos tipos de conjuros, uno de ellos es la clarividencia, que les permite escuchar comentarios de otros seres aunque no estén cerca. Son amantes de los tesoros, por lo que aceptan gemas y oro a cambio de algún favor.


Autora: Patricia Larreta

Hidra

Hidra, de Mauricio Herrera


La Hidra es un monstruo gigante que tiene apariencia reptiliana y múltiples cabezas. Tienen la piel de color pardo y el vientre amarillo blanquecino. Su aspecto es el de un reptil con ojos color ámbar y dientes muy afilados. El número de cabezas es variable, suele tener entre 5 y 12. Mide unos 10 metros de alto.

En la mitología griega, la Hidra era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente policéfala , su guarida era el lago de Lerna en el golfo de la Argólida (cerca de Nauplia), aunque los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la ciudad micénica de Argos, pues Lerna fue el lugar del mito de las Danaides. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo.

El hecho de que tenga un gran número de cabezas le permite hacer ataques múltiples, bien a distintos enemigos con cada cabeza, o bien con todas las cabezas a un solo enemigo. Si una hidra pierde una cabeza, se produce un proceso de sellado rápido para evitar la pérdida de sangre. Las cabezas perdidas se regeneran tras unos días.

Autores: Ana Maria Leses - Omar Ferreyra

miércoles, 10 de agosto de 2016

Sirena

Las sirenas son doncellas marinas que engañan a los navegantes con su gran belleza y la dulzura de su canto; de la cabeza al ombligo tienen cuerpo de virgen y forma semejante al género humano, pero poseen una escamosa cola de pez, que siempre ocultan en el mar. Cuenta la leyenda que las sirenas atraían a los navegantes con sus hermosas voces y luego los devoraban.

Se dice que habitan las islas alejadas. A menudo han sido colocadas en el mar Tirreno, frente a las costas del suroeste de Italia, cerca de la ciudad de Paestum o entre Sorrento y la Isla de Capri.

En la leyenda de Jasón y los Argonautas, los marineros encantados por la voz de las Sirenas se salvaron del desastre gracias a la habilidad de Orfeo que no logran atraer a los ARGONAUTAS, así las Sirenas se transformaron en piedra. En Las mil y una noches se conciben idénticas a los seres humanos, con una única distinción: respiran y viven bajo el agua.

Cristóbal Colón, escribe y afirma que en su primer viaje vio a las Sirenas en el Nuevo Mundo, que él creía que era la parte más oriental de Asia. Pero estas líneas quizás no se escribirían sino fuera porque don Cristóbal tuvo un encuentro prodigioso el 9 de enero de 1493. Ese día, a casi tres meses de haber llegado a las costas del Caribe, pero que él creía eran del Asia, como hemos dicho, la misma que había conocido y detallado Marco Polo donde él se había topado con unicornios y que Colón había leído con cuidado; se encontró con algo que en alguna manera lo decepciona, pero que también, a pesar del desengaño, le confirma que anda por tierras ajenas y portentosas. Tierras donde sí puede existir lo extraño y monstruoso ―y también el oro, su oro. Aun cuando esa monstruosidad no sea tan bella como la pintan: "El día pasado, cuando el Almirante iba al Río de Oro, dijo que vido tres serenas [―sirenas―] que salieron bien alto de la mar, pero que no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara".

Aunque en la iconografía moderna, las sirenas se representan como abrumadora belleza, es probable que en la tradición clásica su único atractivo radicara en su voz y que su apariencia fuese monstruosa: la sirena como mujer-ave, la sirena como mujer-pez. Las únicas representadas en algunas ocasiones, pero no siempre, como mujer-pez en la mitología son las nereidas.


Autores: María José Gregorio - Mario Cosco

Fénix

Cíclope

Hipogrifo

 
     Un hipogrifo es una criatura imaginaria híbrida, de apariencia mitad caballo y mitad águila, que se asemeja a un caballo alado con la cabeza y los miembros anteriores de un águila. Su figura quizás provenga del bestiario fabuloso de los persas y de su simurgh, a través del grifo.
     Su origen es evocado por el poeta latino Virgilio en sus Eglogas. Si alguna vez fue representado en la Edad Antigua y bajo los merovingios, es claramente nombrado y definido por primera vez en la obra de Ludovico Ariosto, el Orlando furioso, a inicios del siglo XVI. En este poema épico de caballería, inscrito en la continuidad del ciclo carolingio, es una moltura nacida naturalmente del apareamiento de yegua y de un grifo extremadamente rápido y capaz de volar alrededor del mundo.
     Este hibrido posee una extraordinaria rapidez, intrepidez, elegancia y extrañeza con distinguidas y esplendidas cabalgaduras, se alimentaba de nutrias, ratones, murciélagos comadrejas o hurones.

Autora: Aldana Saborido